La reducción de textos consiste en escribir, a partir de un texto original A, un texto secundario B, con una extensión, estructura y contenidos más simplificados, de modo que se conserve lo más significativo del escrito original. La reducción de textos permite extraer lo más importante de las producciones escritas, y es útil cuando se desea tener una mirada total de las mismas, sin necesidad de leerlas por completo. Algunas de ellas son: el esquema, el bosquejo, y el resumen.
El esquema.
Es una representación gráfica de una serie de contenidos relativos a un tema específico.
Su objetivo es facilitar el estudio o la comprensión de un texto, representado a través de flechas, llaves, o de un diagrama, donde aparecen los puntos clave del escrito y la manera en cómo estos se relacionan. Ejemplo: Mapa conceptual.
El bosquejo
Es una especie de índice en el cual, a través del empleo de frases cortas, que fungen como títulos y subtítulos, es posible tener una aproximación preliminar de una producción escrita.
Su objetivo es identificar los momentos medulares dentro de un texto, y rescatar la información relevante contenida en cada uno de ellos. En el bosquejo no se presentan párrafos completos. La estructura se muestra con una secuencia ordenada (incluso con numerales y literales), y los contenidos se enuncian de manera coherente. Ejemplo: índice de contenidos.
El resumen
Es una versión reducida del texto original, que sintetiza sus ideas principales.
Su objetivo es ofrecer una versión mas corta del texto original. A diferencia del bosquejo, admite el desarrollo de párrafos. Hacer un resumen no implica recortar alegremente el texto, hay que priorizar los contenidos y omitir detalles secundarios o irrelevantes.
El resumen no admite anotaciones o modificaciones. En este tipo de texto se deben mantener las ideas del autor intactas. Incluso, si se transcribe, se recomienda hacerlo literalmente, esto con el fin de no modificar el sentido original del texto.
No existe una extensión estándar a la hora de hacer un resumen (aunque se sugiere que no pase del 25% de la versión original), pero, si en él existe contenido que puede suprimirse, y, aún así, se percibe la intención del texto, entonces puede reducirse más; si, por el contrario, es tan breve el escrito que la intención del texto queda diluida, entonces deberá ampliarse.
Una síntesis no es lo mismo que un resumen, pues aunque ésta también genera una versión reducida del texto, lo hace con palabras propias de quien lo escribe, y no con las del autor; sin embargo, el mensaje del texto original permanece intacto en todo momento. El autor de la síntesis, puede ampliar algunos puntos, cambiar el orden de las ideas y reacomodarlas según convenga u organizarlas de manera distinta a como originalmente lo estaban.
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